Los hombres que no amaban a las mujeres

A propósito de la versión cinematográfica que se acaba de estrenar en Lima de la primera entrega de la trilogía Millenium, Marlon Aquino comparte sus impresiones sobre este libro del escritor sueco Stieg Larsson. Su éxito de ventas en el mundo ha despertado el interés por conocer qué de fascinante encuentran los lectores en esta obra. Sin embargo, para llegar a lo más emocionante del libro hay que ‘comerse’ las primeras 300 páginas ¿Qué hubiera ocurrido si la novela no hubiese estado precedida de tan buena crítica? ¿La hubiera terminado? Son algunas de las preguntas que se hace Marlon en este post.

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Por Marlon Aquino Ramírez*

Ahora que veo que se está exhibiendo en Lima la versión cinematográfica de Los hombres que no amaban a las mujeres, primera entrega de «Millenium», la trilogía del escritor sueco Stieg Larsson, me pregunto cómo habrá resuelto el director danés Niels Arden Oplev los problemas de dinamismo que afectan gran parte esta novela que, a pesar de ello, se ha convertido en un fenómeno mundial de ventas. Y es que se trata de un filme de más de dos horas. Sin duda, hay que ser muy diestro para magnetizar a los espectadores durante tiempo tan prolongado y arrastrarlos hasta el final. Sobre la versión literaria tengo algunas apreciaciones, acaso contradictorias, que hace un tiempo publiqué en mi blog. Seguidamente, una versión corregida y aumentada de ese texto.

Desde que leí en El Comercio un efusivo comentario de Mario Vargas Llosa sobre la trilogía de Larsson, tuve mucha curiosidad por leer alguno de los libros que la integraban. Sin embargo, tuvieron que pasar varios meses (no se trata de un libro barato) para tener entre mis manos el abultado volumen de Los hombres que no amaban a las mujeres, la primera entrega de la saga. Sin embargo, para mi decepción, cuando iba por la página 40, descubrí que, como en otras oportunidades, no podía compartir el entusiasmo de Vargas Llosa (me había pasado lo mismo con sus superelogiadas La condición humana de André Malraux y Santuario de William Faulkner). Encontraba todo menos acción en este best-seller. Esa infinidad de nombres suecos que iban configurando una inacabable telaraña genealógica, las interminables explicaciones técnicas de lo que es un fraude bursátil, ahogaban la línea principal de interés: el esclarecimiento de la misteriosa desaparición de la joven Harriet Vanger, cuarenta años antes del tiempo principal del relato. Me parecía que los personajes de Mikael Blomkvist (el honesto periodista convertido en detective) y de Lisbeth Salander (la antisocial y seductora hacker) no eran explotados en todas sus posibilidades… De modo que la lectura se hizo de lo más penosa, salvo uno que otro chispazo por ahí. Si en la combi alguien me decía regálame ese libro que estás leyendo, lo hubiera hecho sin pensarlo dos veces.

Hasta que ya por la página trescientos treinta y algo (nótese mi resistencia al aburrimiento)… click. Una poderosa bomba de tiempo empezó su cuenta regresiva. Acción, emociones, sorprendentes descubrimientos, castigos a pervertidos sexuales, reivindicaciones y, sobre todo, esa rara avis de nuestro país: la justicia. La historia fue adquiriendo un dinamismo hipnótico. Así, una noche, sabiendo que tendría que levantarme a las 6:00 a. m. para ir a estudiar inglés, me quedé leyendo la novela hasta las 2 y pico. No podía dejar de pasar las páginas para saber qué demonios iba a pasar. La última parte de la historia es fascinante.

A pesar del epílogo (demasiado extenso para mi gusto) cerré el libro con una gran sonrisa de satisfacción. Había valido la pena atravesar el pantano de las primeras… ¡300 páginas! No he podido dejar de preguntarme desde entonces: ¿qué hubiera ocurrido si la novela no hubiese estado precedida de tan buena crítica? ¿La hubiera terminado? Lo más probable es que no le hubiese dado durante tantos días el beneficio de la duda.

Desde mi punto de vista, la conclusión es clara: Los hombres que no amaban a las mujeres tiene más páginas de las necesarias. Debió haber sido una novela corta. ¿He recomendado a mis amigos su lectura? Sí, pues se trata, sin duda, de una historia inolvidable que aborda problemáticas de actualidad, como la violencia contra las mujeres, el papel de la informática en la lucha contra el crimen, la delincuencia corporativa, la misión del verdadero periodismo, la responsabilidad de los especuladores bursátiles en las crisis económicas, etc. Pero sí les he advertido: hay que tener mucha paciencia. ¿Ocurrirá esto con la película?

* Bachiller en Literatura Peruana y Latinoamericana por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. En 2008 publicó una colección de seis cuentos infantiles (Ediciones El Nocedal). Ha escrito  reseñas para  la revista virtual de literatura El Hablador y el portal web Porta 9. En 2005 obtuvo la primera mención honrosa en el concurso de cuentos «Que no te cuenten cuentos…», organizado por la Municipalidad de Miraflores. El próximo año publicará su primera novela.

Nota del autor del blog: El viernes Marlon vio la película y dijo que, además de gustarle, se nota cómo lo mejor que tiene el primer tomo de la trilogía de Larsson es explotado al máximo en Millenium 1.



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