Lima con los ojos de Oswaldo Reynoso

 

Con motivo de los 50 años de la publicación de En octubre no hay milagros, la Casa de la Literatura Peruana propone una ruta para reconocer la ciudad a través de la obra del escritor Oswaldo Reynoso.

 

Por Jaime Cabrera Junco*

“Invierno. Húmedo. Claridad gris. El portal oscuro. Oscuro de mañana de invierno gris con niebla”. Así es la Lima de En octubre no hay milagros, de Oswaldo Reynoso. Publicada en 1965, la novela captó la esencia de la capital y su proceso de transformación. El desborde popular que asomaba desde los Andes en busca de un futuro negado por el centralismo.

En una mañana también gris, Reynoso, de 84 años, contempla la Plaza San Martín desde el portal Zela. A pocos metros está el bar del mismo nombre donde escribió algunos fragmentos de su novela homenajeada. Lima ha cambiado, admite, y a través de su novela retrató la desigualdad económica y la discriminación aún persistentes.

 

EN EL CAMINO

Con motivo de los 50 años de su publicación, la Casa de la Literatura Peruana, a través de su proyecto Mapa Literario de Lima, acaba de iniciar un ciclo de recorridos que propone mirar el Centro Histórico desde la perspectiva de la obra de este autor arequipeño. Anteriormente se hicieron recorridos inspirados en las obras de Julio Ramón Ribeyro y Sebastián Salazar Bondy. En el caso de Reynoso, además de En octubre no hay milagros se ha tomado en cuenta su entrañable libro de relatos Los inocentes. La calle y especialmente la gente están presentes en la obra de este narrador, quien fue el primero en utilizar, sin censura ni puntos suspensivos, expresiones del lenguaje popular.

La ruta tiene seis paradas, la primera de ellas es en la antigua Estación Desamparados, sede de la Casa de la Literatura. Allí se realiza una breve introducción sobre la biografía de Reynoso, quien llegó a Lima en 1951, cuando tenía 20 años de edad. Lo primero que le asombró fueron las calles anchas y la multitud de gente que caminaba sin cesar. “Escribir sobre Lima era verla con otros ojos, con ojos provincianos”, recuerda el escritor.

 

ÁCIDO MORADO

Cara de Ángel entra por Moquegua al Jirón de la Unión. Observa cómo a la gente le gusta contemplarse en las vitrinas de las tiendas. Él también lo hace. «Estoy ojeroso: mejor. Tengo el cabello crecido: mucho mejor. Cara de Ángel: sí. Nunca: María Bonita». Este personaje es de Los inocentes, obra de Reynoso que nos remite a esta arteria, segunda parada de la ruta. “Era el centro más elegante de Lima. Las señoritas y señoras que iban a pasear usaban guantes y sombreros. Se iban a jironear. Los jóvenes también muy elegantes se paraban en las esquinas para verlas y piropearlas”, recuerda el autor.

«Morado. Ácido morado sobre cielo ceniza. Sucia la niebla podrida en pescado. Morado dulce en alfombra. Morado turbio y ondulante en cuerpos morenos. Morado tibio en mañana fría: mojada».

Así comienza En octubre no hay milagros, obra que nos remite a la procesión del Señor de los Milagros y a la Iglesia de Las Nazarenas, en la avenida Tacna, el tercer punto del recorrido. “Algo que me impresionó de Lima fue la procesión del Señor de los Milagros. En Arequipa las procesiones era más solemnes, la gente se vestía de negro. En cambio en Lima los hombres tomaban cerveza, las mujeres cocinaban afanosamente. Era otra cosa”, recuerda Reynoso.

 

LA PLAZA SAN MARTÍN Y EL PALERMO

La cuarta parada es en el cruce entre los jirones Huancavelica y Camaná. Aunque no hay una referencia literaria aquí, Renzo Farje, investigador literario y guía del recorrido, comenta sobre la noción de barrio y collera en la literatura de Reynoso, quien vivió primero en La Victoria y luego en Breña.

Quinto punto del recorrido: la Plaza San Martín. Allí Cara de Ángel, de Los inocentes, se tiende en el pasto rodeado de una ciudad bulliciosa, un poco menos que la de ahora. A pocos metros, en el bar Zela, Miguel, protagonista de En octubre no hay milagros, contempla “en su duermevela alucinada” la plaza.

Lo que queda del bar Palermo es solo el recuerdo. Ahora es una tienda de venta de plásticos. Ubicada a media cuadra del Parque Universitario, sobre la avenida Nicolás de Piérola, era centro de reunión de intelectuales y artistas. “Allí conocí a Martín Adán. Además iban intelectuales como Jorge Basadre, Pablo Macera, José María Arguedas”, dice Reynoso. En el Palermo también formó el grupo Narración integrado también Antonio Gálvez Ronceros, Miguel Gutiérrez, Gregorio Martínez, entre otros.

Reynoso retrató a una Lima en crecimiento, una ciudad que hoy tiene un rostro andino y mestizo. En el Centro Histórico esta huella salta a la vista. Ahora, afirma el autor, la ciudad ha crecido mucho, ya no es posible retratarla con tanta facilidad. “Habría que hacer varias novelas sobre distintas zonas de Lima y conformar un mosaico”, dice. Sus obras han sido fotografías de una ciudad que ha cambiado y que en este recorrido podemos aproximarnos más allá de las páginas aún vigentes de En octubre no hay milagros y Los inocentes, que como su autor gozan de buena salud.

 

 

PARA PARTICIPAR DE LA RUTA REYNOSO:

– Los recorridos continuarán los sábados 15, 22, 29 de agosto, y el sábado 5 de setiembre. Habrá un recorrido especial en el mes de octubre.

– El punto de partida es en la Casa de la Literatura Peruana, ubicada en la Antigua Estación Desamparados, del jirón Áncash 207, Centro de Lima.

– El recorrido se realiza de 10 am a 1 pm por lo que se recomienda llevar calzado cómodo.

La participación es gratuita sin necesidad de inscribirse previamente. El único requisito es la puntualidad.

– El mapa literario se distribuye gratuitamente a los participantes y quienes lo soliciten. También puede descargarse en PDF.

– En el caso de la ruta Reynoso se recomienda haber leído Los inocentes y En octubre no hay milagros.

 

 

*Artículo publicado en el suplemento El Dominical del diario El Comercio el domingo 9 de agosto de 2015