Karina Pacheco: Miradas, una antología de cuentos

 

Comentamos la más reciente publicación de la escritora cusqueña Karina Pacheco Medrano, la cual reúne una selección de ocho de sus relatos publicados en los últimos cinco años.

 

Por Jaime Cabrera Junco

Karina Pacheco Medrano (Cusco, 1969) es una de las voces femeninas más importantes de la narrativa peruana actual. Prueba de ello es una obra que ha recibido el reconocimiento de la crítica y especialmente de los lectores que han ido descubriéndola a pesar de la insuficiente atención que ha recibido en la prensa cultural limeña. Su inclusión en la antología de cuentos El fin de algo, presentada hace poco por editorial Santuario, es una prueba más de que los elogios no son gratuitos.

Antropóloga de profesión y experta en temas de cooperación y desarrollo, la incursión de Karina Pacheco en la narrativa no es tan reciente. En 2006 había publicado su primera novela, La voluntad del molle, a la que le siguió otra titulada No olvides nuestros nombres (2008), y su primer libro de cuentos, Alma alga, publicado en 2010 con Borrador Editores. Es en esta faceta de cuentista en la que quiero centrarme en esta oportunidad a propósito de la publicación de Miradas. Antología de cuentos, una edición a cargo del Gobierno Regional del Cusco, que con un tiraje de 3 mil ejemplares forma parte de un proyecto de promoción de la lectura en dicha zona del país. El texto reúne ocho relatos publicados en los últimos cinco años, y podemos decir que se trata de una atractiva manera de introducirnos en el universo narrativo de esta autora.

La lectura de estos cuentos ha sido un cambio refrescante de escenario, pues los ambientes que nos presenta el libro están marcados por el lugar de origen de la escritora y por la cosmovisión del ande. Como ella misma lo había comentado en la mesa que compartimos sobre literatura regional, en la Feria del Libro de Lima, tanto el Cusco como el habla de la gente, sus mitos y la realidad social son unas huellas presentes en sus relatos y novelas. Los textos que el lector encontrará en Miradas son de una sensibilidad y un vínculo con la circunstancia local que seduce no solo por eso, pues Karina Pacheco maneja muy bien la tensión y porque es el punto de vista de los personajes –a veces desde la primera, segunda o tercera persona– el que guía cada una de estas historias.

De los ocho relatos disfruté con particular deleite El violinista de las montañas, Azafrán, La venganza y El sendero de los rayos, este último que da el título a su cuentario publicado en 2013. ¿Cuáles son las razones por las que la lectura de estos cuentos resulta fascinante? Además del estilo, es porque la narradora combina con una sensibilidad especial el asombro de sus personajes ante lo sobrenatural o inexplicable. Además, contra lo que podría pensarse, estos son en muchos casos masculinos, un desafío que sortea sin inconvenientes. El lector va descubriendo junto a los protagonistas las distintas exploraciones individuales que cada uno de ellos realiza. Se percibe la fuerza que tiene el medio que los rodea y las circunstancias contra las cuales ellos quieren rebelarse, como en el bello relato El sendero de los rayos, donde dos hermanos universitarios estudian antropología para vincularse más con su comunidad. Las referencias a la violencia política sirven solamente para contextualizar y no son en lo absoluto artificial.

El terreno del cuento es siempre un desafío para cualquier narrador y en este género Karina Pacheco ha demostrado solvencia, la cual se traslada también en la novela, especialmente en la más reciente, El bosque de tu nombre, de 2013. Estamos ante una narradora que debemos seguir el rastro para así poder ampliar nuestra mirada y conocer la producción literaria más allá de Lima.