John Kay: el lobo estepario

«Born to be Wild» es una canción icónica de la banda Steppenwolf, agrupación que toma el nombre del texto homónimo de Hermann Hesse. La elección del nombre no fue tan azarosa si revisamos un poco la biografía de su vocalista y líder John Kay.

Por Christian Ávalos

Joachim Fritz Kraudelat, después conocido como John Kay, creyó que tenía razones suficientes para considerarse un lobo estepario. Nació en Prusia Oriental en tiempos en que este territorio era ya prácticamente soviético, a finales de la Segunda Guerra Mundial. Su padre había sido asesinado en el frente ruso poco antes de que Joachim naciera. Su madre y él tuvieron que dejar su natal Tilsit, porque fue ocupado por el Ejército Rojo. Se establecieron en un pequeño pueblo llamado Arnstadt. Sin embargo, luego de que este pueblo quedara en medio de la zona de ocupación soviética, que después pasó a llamarse la República Democrática de Alemania, fueron mucho más al oeste y terminaron en Hanover, en donde la madre volvió a casarse.

 

El pequeño John en Alemania, en el periodo de posguerra. Las gafas no son precisamente una cuestión de actitud, también es una de salud.

El pequeño John en Alemania, en el periodo de posguerra. Las gafas no son precisamente una cuestión de actitud, también es una de salud.

Si estas razones no eran suficientes para sentirse alguien que no encajaba en ningún lugar, Joachim fue diagnosticado con acromatopsia, es decir ceguera de color, lo que afectó considerablemente su desarrollo académico en la escuela y por lo que se le considera legalmente ciego. Es por ello que casi siempre es visto con lentes de sol, en cualquier momento del día. Ya en Estados Unidos, luego de una temporada en Canadá, y con el nombre cambiado a John Kay (producto de que sus profesores no fueran capaces de pronunciar su nombre germano Joachim), en plena eclosión del rock and roll en Norteamérica, John unió su talento y rebeldía en algo que nosotros, con el correr del tiempo, conoceríamos como hard rock o heavy metal.

19805169208De los restos de la banda folk The Sparrows, a la que él perteneció, surgió la idea de un nuevo grupo que respondió a su propio ser, parafraseando a El lobo estepario: un grupo de pobres anacoretas en medio de un mundo ninguno de cuyos fines compartaían, ninguno de cuyos placeres le llamaban la atención. Es así que, tomando la idea del productor Gabriel Merkel, que había leído recientemente dicho texto de Hermann Hesse, el grupo tomó el nombre de esta poderosa novela: Steppenwolf.

Nacido para ser salvaje

A partir de entonces, John Kay pudo usar la música para contar todas aquellas experiencias que marcaron su juventud en la Alemania ocupada. Sin embargo, fue otra canción la que llevó a la fama a esta banda metalera: «Born To Be Wild».

Segunda sencillo de la banda, 1968.

Segunda sencillo de la banda, 1968.

Escrita por Mars Bonfire, nombre artístico de Dennis Edmonton, hermano del baterista de la banda Jerry Edmonton, «Born to be wild» fue la primera canción que popularizó la expresión heavy metal, la cual se convirtió en una expresión usada para el hard rock. Explicando cómo fue que escribió la canción, Bonfire dijo: «Estaba caminando por el bulevar de Hollywood un día y vi un afiche en una ventana que decía “Born to be wild” con una fotografía de un motociclista que salía de la tierra como si de la erupción de un volcán se tratara, con todo ese fuego alrededor. Por ese tiempo yo había comprado mi primer carro, un pequeño Ford Falcon de segunda mano. Así que todo eso vino junto líricamente: la idea del motociclista yendo por la carretera con la libertad y la alegría que yo sentí con mi primer auto, y siendo capaz de conducir adonde yo quisiera».

Se dice que fue William S. Burroughs quien acuñó esta frase en su novela The Soft Machine (La máquina blanda, 1961) para describir a su personaje Uranian Willy («the Heavy Metal Kid»). Burroughs dijo a The Paris Review: «Siento que heavy metal era una suerte de expresión máxima de adicción, que hay algo realmente metálico en la adicción, que el estado final alcanzado no es tanto vegetal, sino mineral».

WSB en la portada de una de sus novelas más quedamas.

WSB en la portada de una de sus novelas más quemadas.

Busco mi destino

Afiche de la película de 1969.

Afiche de la película de 1969.

Esta canción fue usada en la película Easy Rider (1969), doblada al español como Busco mi destino, un clásico de la contracultura escrita por Dennis Hopper (quien además la dirige) y Peter Fonda, protagonizada por ellos mismos y en la que interpretan a dos motociclistas que conducen desde Los Ángeles hasta Nueva Orleáns para la celebración del Mardi Gras. Como en muchos tópicos de la contracultura estadounidense de esos años, estos dos hippies motorizados tampoco se sienten de ningún lugar y se han lanzado a la carretera sin un plan muy claro ni muchas esperanzas en encontrar un significado a sus vidas: unos lobos esteparios sobre dos ruedas a través del asfalto por el que también rodaron todos los integrantes de la beat generation, como el propio «autor» de la expresión heavy metal, William S. Burroughs.

Esta canción, ya cercana al medio siglo de existencia, sin embargo, no ha envejecido. Encuentra siempre en la inconformidad juvenil la energía para seguir sonando como la primera vez, con su gran poder evocativo de libertad y velocidad. Al respecto, John Kay dijo en una entrevista: «Cada generación piensa que ha nacido para ser salvaje, así que ellos pueden identificar en esta canción a su anatema».

En el año 2002, en las celebraciones para recordar a su escritor emblemático, la ciudad de Calw invitó a las festividades a la banda Steppenwolf. John Kay estuvo, junto a su familia, en una recepción privada organizada por la alcaldía de la ciudad. Lejos del estereotipo de una persona rebelde y contracultural, John Kay es ahora un responsable padre de familia que no bebe alcohol y que junto a su esposa creó la Maue Kay Foundation, organización que lucha por la conservación de la vida silvestre, especialmente de la de los elefantes.