Irvine Welsh: «Sería pretencioso que mis personajes hablaran de forma distinta»

Es lunes por la noche y el Teatro Municipal de Arequipa está casi lleno. A mi alrededor, mucha gente está comprando libros de Irvine Welsh: Escoria, Trainspotting. La mayoría ubica rápidamente la imagen de la portada del libro editado por Anagrama (con una espantosa traducción peninsular, joder) en la que salen Renton, Spud, Sick Boy y Begbie. Hay mucha expectativa entre el público. Para algunos, como yo, será un momento de reivindicación luego de haber perdido de manera tan tonta una entrevista con el autor nacido en Leith (Escocia). Aunque, pensándolo bien, no imagino cómo hubiese sufrido farfullando el inglés de aula escolar que «ostento» o tratando de entender su mezcla de inglés y escocés que lo hace tan particular. Serán de mucha ayuda los audífonos que nos dieron a la entrada.

 

 

Por Christian Ávalos, desde Arequipa

A pesar de que se había anunciado que Peter Florence acompañaría a Welsh en el escenario, quien nos da la bienvenida es Ed Vulliamy, periodista británico con un cierto parecido a Enrique Zileri, quien se pregunta «¿dónde están las grandes novelas británicas?».

Es decir, dónde están las novelas con temas dickensianos sobre los marginales (desempleados, vagabundos) de las grandes urbes de la Gran Bretaña. Esas novelas, en la actualidad, las escribe Irvine Welsh. Sin embargo, una de sus más recientes novelas estuvo ambientada en Miami

Irvine Welsh nos dice que eligió Miami porque es un puerto de embarque por el que mucha gente entra a los Estados Unidos. No solo eso, ahí hay mucha obsesión con el físico y la perfección del cuerpo. Irónicamente, Estados Unidos es un país que creó la cultura de la obesidad. Estas son las características de las dos protagonistas de La vida sexual de las gemelas siamesas. Además, son los dos personajes que, según su esposa, son más parecidos a él, mucho más que el Renton de sus otras novelas.

¿En qué otros proyectos está embarcado?

Actualmente está trabajando en dos programas de televisión, dos películas y un libro, además de llevar una obra de teatro de Guatemala.

Trainspotting: los orígenes

Concibió esta novela a principios de la década de 1980, en la que él estaba aburrido de la vida que llevaba e intentó volver a esa intensa pero horrible existencia que su período de adicto a la heroína le había dado, estaba nostálgico por la hierba, las pastillas y demás drogas, pese a que era consciente de lo nocivas que eran para él.

Por otro lado, eran tiempos en los que había pretendido ser músico, pero era malísimo para todo, para cantar, para tocar guitarra, etcétera. Lo echaron de su banda y le recomendaron que dejara de intentarlo, porque lo hacía fatal. Con su amigo Kevin Williamson puso el club Invisible Resurrection y fundó la revista Rebelling.

En ese contexto, terminó de escribir la novela, que en un inicio le pareció muy larga. Tiempo después lo llamaron de una editorial a la que había enviado el manuscrito. Pensó que solo era una broma, pero los tipos hablaban muy en serio. Es una de sus novelas más vendidas.

Filth (Escoria) y su adaptación al cine [spoiler alert]

Welsh recuerda uno de los puntos centrales de la novela, que en la película es dejado en un plano secundario: el trauma vivido por el protagonista Bruce Robertson, uno de los peores policías de Escocia, cuando de niño fue testigo de los padecimientos de un pueblo minero durante una violenta huelga. Este quiebre emocional define el texto y al personaje.

Sobre ello, Welsh recomienda que vayamos al cine a ver la adaptación escrita y dirigida por Jon S. Baird, básicamente por la soberbia actuación de James McEvoy, la cual podría ser calificada como su mejor interpretación a la fecha.

Las traducciones

Welsh se anima a leer en público extractos de su novela Skagboys y luego se hace una comparación con la versión española, que es leída por una colaboradora del Hay Festival. Definitivamente, hay mucha diferencia entre la voz original y la traducción peninsular, que nos suena tan lejana y por momentos molesta. «Sé que es lejana para los habitantes de Latinoamérica». Es posible que se esté trabajando en una versión traducida para los lectores del otro lado del charco. Espero que eso se cumpla.