Cámara Peruana del Libro: entrada a la FIL sube a 7 soles

Lejos de motivar la mayor asistencia al público para esta edición de la FIL, la Cámara Peruana del Libro parece haber evaluado otras consideraciones para aumentar el precio de la entrada a 7 soles. La 21.a Feria Internacional del Libro de Lima se realizará del 15 al 31 de julio.

 

Por Jaime Cabrera Junco
[email protected]

La Cámara Peruana del Libro (CPL) ha confirmado lo que venía comentándose hace ya varias semanas: el precio de entrada general a la 21° Feria del Libro de Lima será de 7 soles. El costo, que podría intentar justificarse de muchas formas, desmotiva a un público que no suele ir a librerías o a charlas literarias. Guardábamos la esperanza de que la Cámara recapacitase sobre esta decisión, pero no lo ha hecho.

Es probable que incluso considere como un tema menor la molestia que generara el paulatino aumento del precio de la entrada. Hace dos años, cuando subió a 5 soles, se arguyó que los costos de instalación de los stands y las cuestiones logísticas llevaban a ese incremento. Inicialmente, se trató de entender esta medida como parte de la necesaria renovación iniciada por la gestión de Germán Coronado como presidente de la CPL, que dejaba atrás la muy cuestionada administración anterior. Si bien el aumento del precio trajo consigo mejoras en la distribución del espacio, en la presencia de invitados internacionales, claramente el precio no alentaba a asistir más de una vez en las dos semanas de feria, salvo en los últimos días debido a los descuentos en los precios de algunos libros.

Este año, con el incremento a 7 soles, los cuestionamientos se han vuelto a avivar. No se ha precisado a qué obedece ahora, pero tampoco se percibe que la Cámara Peruana del Libro tenga otra intención sino monetaria. Por más que el invitado internacional especial sea el premio Nobel Jean-Marie Gustave Le Clézio, la sensación es que este precio no refleja lo que se recibe en la programación o en los servicios higiénicos. Y tampoco por las ofertas de libros, pues la diferencia es apenas de unos cuantos soles en el mejor de los casos, si bien las editoriales independientes proponían combos a precios razonables. Insistimos: el tema es sobre todo lo que se obtiene a cambio de la entrada. Podría haber otras soluciones que atenúen esto: precios menores de lunes a jueves, que la entrada dé derecho a descuentos atractivos o, incluso, días en que la entrada tenga un precio simbólico. Pero no se propone esto. El único cambio al respecto en este rubro es que ahora las entradas podrán comprarse en Teleticket y que por la compra de cinco entradas, dan dos de regalo.

Nuestra preocupación por esto es legítima. Somos lectores, somos asiduos de la Feria. Es una ocasión importante para conocer a escritores y a invitados internacionales o nacionales no necesariamente del campo literario. Es una oportunidad para escuchar conferencias con temas inquietantes. Pero todo esto no se sotiene si el valor de la entrada lleva al lector de a pie a elegir apenas una o dos fechas para asistir a la feria.

En un país donde la lectura no es un hábito muy difundido y donde la gente va más pendiente del último modelo de smartphone que de tener un libro en la mano, es necesario promoverla y alentarla. Una feria es una actividad que podría motivar a toda una familia a asistir a ella, pero decisiones como las de la Cámara no ayudan a esto. Por el contrario, refuerza la idea tan manida de que la lectura es una actividad elitista.