Rescate 2: «Stafford, Indiana» de José Güich Rodríguez (2000)

Segunda entrega de nuestra sección El rescate, a cargo de Francisco Ángeles. Esta vez nos comparte el cuento de un escritor que se ha ido consolidando como uno de los mejores representantes de la literatura fantástica en el Perú. Ofrecemos en este post el comentario y el cuento Stafford, Indiana para que lo puedan leer.

 
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Por Francisco Ángeles*
 
Debo decir, en primer lugar, que José Güich Rodríguez (Lima, 1963) fue el primer escritor que conocí en mi vida, y que fue también la primera persona con la que me senté a tomar un café para conversar de literatura. Yo aún no alcanzaba la mayoría de edad, él se mantenía como escritor inédito, y esas charlas sobre libros rápidamente convirtieron nuestra cordial relación de profesor-alumno en una de esas amistades que son también un aprendizaje. Y por eso cuando unos años después Güich publicó su primer libro, Año sabático (2000), fui seguramente uno de los más entusiasmados por leerlo. De la lectura apasionada de ese su primer libro recuerdo, entre otras cosas, la tremenda impresión que me produjo un cuento breve e intenso que respondía al entonces para mí enigmático título de Stafford, Indiana.
 
Después de Año sabático, Güich publicó otras dos colecciones de cuentos (El mascarón de proa, 2006, y Los espectros nacionales, 2009) y una novela (El misterio de la loma amarilla, 2009), y con ello se ha consolidado como uno de los escritores fantásticos de primera línea en el Perú, además de un entusiasta difusor del género en nuestro país. Sin embargo, a pesar de que todos sus libros incluyen cuentos fantásticos memorables, como La puerta y el jardín, El veterano o El otro monitor, cualquiera de los cuales hubiera podido perfectamente entrar en esta columna como un merecido rescate, elegí Stafford, Indiana porque aún hoy, más de una década después, me siento contaminado por la fuerza de su historia con igual o mayor intensidad que la primera vez. 
 
Cuento realista, en el año 2000 podía dar la impresión de que Stafford, Indiana era un texto atípico dentro del universo literario de Güich. Sin embargo, visto a la luz de sus libros posteriores, este cuento combina dos de los motivos que han estado presentes a lo largo de su obra: la herencia borgeana y las referencias a la cultura popular. Si la segunda es visible, ya que, entre otras cosas, este relato es un homenaje a la serie sesentera El fugitivo, la influencia borgeana se manifiesta en la forma del resumen. Y, como en todo resumen literario que se respete, lo que Güich ofrece trasciende largamente la mera glosa, y se convierte en una reinvención que podría perfectamente prescindir del original para encontrar su propio espacio en el imaginario de los lectores. 
 
Modelo de precisión, el ritmo arrollador de Stafford, Indiana lleva de la primera a la última línea sin darle respiro al lector. Pero además, como siempre ocurre en sus cuentos, Güich ofrece una reflexión que trasciende la mera anécdota y la fugaz ilusión de vivir aventuras que la vida «real» nos ha negado. De acuerdo con esta idea, si en algunos de sus mejores cuentos fantásticos, Güich utiliza los códigos del género para reflexionar sobre los misterios del tiempo o sobre episodios específicos de la historia del Perú, en Stafford, Indiana aborda una tragedia universal: la creciente deshumanización de una persona que, en la medida en que se siente más amenazado por una sociedad injusta que lo acosa, va dejando de lado las convenciones y las normas tanto culturales como naturales para poder escapar y sobrevivir. ¿Se vuelve más humano o más animal? ¿Cuál es la línea que separa ambas categorías? Esa es la gran pregunta, la gran cuestión moral, que subyace al cuento. La respuesta, como siempre, está en el lector.  
 
 
LA VOZ DEL AUTOR:
 
«Stafford, Indiana fue escrito a fines de la década de 1990, cuando intentaba otorgarle consistencia a la serie de cuentos que integrarían mi primer libro. Es producto  de un fugaz reencuentro con una serie de televisión entrañable que vi por primera vez en 1976, trece años después de su estreno. Comenzó como un tanteo de viejas obsesiones en torno del médico protagonista que deambula por los Estados Unidos en un ir y venir enloquecedores. La conclusión del relato es ciertamente perversa y anti-heroica.  Fue una despedida personal a un paraíso: el de la infancia y preadolescencia ya remotas, cuando las ficciones y la posibilidad de escribirlas comenzaron a ejercer su influjo».
 
 
EL CUENTO
 
 
 
*Francisco Ángeles es escritor, crítico y periodista, con publicaciones en diversos medios académicos y periodísticos peruanos y extranjeros. Su primera novela, La línea en medio del cielo (2008), fue muy bien recibida por la crítica. Creó y dirigió el colectivo literario  Porta 9, y en los últimos años viene ejerciendo como codirector de la revista de literatura El Hablador, en cuyo blog escribe la columna «Doble click». Vive en Filadelfia, donde sigue un doctorado en Estudios Hispánicos en la Universidad de Pennsylvania. Actualmente alista la publicación de su segunda novela.


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