Miguel de Cervantes: publican gran biografía del autor del Quijote

 

“La conquista de la ironía” se titula esta biografía escrita por el investigador español Jordi García, quien en más de 400 páginas reconstruye la vida de Cervantes y desmiente la imagen del hombre sombrío y derrotado.

 

En abril se cumplirán 400 años de la muerte de Miguel de Cervantes Saavedra, autor de la monumental novela El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha. La conmemoración de esta fecha llega precedida de la publicación de su biografía titulada La conquista de la ironía (Taurus, 2016), escrita por el ensayista español Jordi García, quien anteriormente publicó la biografía del filósofo José Ortega y Gasset.

El libro propone acercarnos a la figura del genio Cervantes, cuya imagen se ha mitificado con el paso de los años a calidad, y que salvo su pasado militar de lo demás poco se sabe. “El proyecto consistía en imaginar la figura moral de Cervantes a través de 1.500 documentos que se conservan sobre su vida pero que apenas nos dicen nada y, sobre todo, a través de su obra completa. Y, en paralelo, contemplar cómo se va engendrando la genialidad que es el Quijote. Cómo las modulaciones en la vida de Cervantes llevan a ese momento pletórico y explosivo al final de su vida. La idea es una pequeña extravagancia para mí pero encajaba en mi disponibilidad para la felicidad», señala el biógrafo en declaraciones al diario El Mundo.

Compartimos extractos de la nota publicada en dicho medio:

La felicidad es la palabra clave del libro. La conquista de la ironía retrata a un Cervantes que, en contra de lo que se suele pensar, no es un marginado ni un hombre derrotado por la vida. Y eso pese a la apariencia: cuando acabó el segundo Quijote, Cervantes tenía seis dientes y joroba, estaba calvo, sufría (seguramente) problemas de próstata y de diabetes… No era un hombre de aspecto ni actitud extravagantes ni tampoco un transgresor, sino un viejo socarrón. Pero se murió haciendo bromas. «¿Quién puede despedirse así si está resentido?», pregunta Gracia.

El gran atractivo de este Cervantes es que parece un buen modelo moral para envejecer. El libro retrata a un hombre capaz de viajar desde el dogmatismo de la juventud hasta el escepticismo sin convertirse en un cínico ni en una persona angustiada. «Es que ésa es una de las esencias del Quijote, es una manera de negociar con la realidad y los ideales sin perder el talante; relacionarse con el mundo sin convicciones absolutas ni relativismos ni envaramiento. Ese estar disponible para la falibilidad de la vida es lo que le da un aliento muy natural y vital al Quijote». Cervantes fue una persona tan moderna como para no creerse nada y no tomarse nada en serio, pero, al mismo tiempo, ser bueno para la gente que le rodea y, quizá, feliz.

«Cervantes escribe el Quijote en un momento en el que su mundo se está acabando: se han muerto Felipe II, Juan de Austria y Alejandro Farnesio. Las causas a las que se había entregado, por ejemplo la liberación de Argel, ya no interesaban. O la lucha contar los luteranos en Inglaterra… Eran causas en las que había creído y que ya no importaban, pero él no renegó de ellas, sólo las emplazó a otro lugar. Cervantes entendía que las cosas pueden ser y no ser y que si son, son tienen componentes nobles y otros dañinos«. ¿Y a qué suena eso? «¡Al Quijote! La risa que se hiela, el personaje que es admirable y a la vez es patético…» Entonces, ¿por qué aparece la palabra ironía en el título del libro de Gracia? La ironía, solemos pensar, tiene algo de agresión. En cambio, el humor en Cervantes es compasivo… «Hay un sentido de la ironía que tiene que ver con el humor burlón que a veces puede ir contra alguien. Cervantes practicó la sátira de joven y después la deploró. Y hay otro sentido de ironía que es más estructural, que es una forma de pensar la experiencia humana sin ninguna creencia absoluta», explica Gracia. «Vivir en la ironía es entender una idea y su contraria. Es ver mejor. Es una conquista».