«Lluvia», libro de relatos de Karina Pacheco Medrano

Presentamos la siguiente reseña de la más reciente obra de la autora cusqueña Karina Pacheco Medrano.

 

Por Jaime Cabrera Junco*

Para quien esto escribe, Karina Pacheco Medrano (Cusco, 1969) es la escritora más importante de la narrativa peruana actual. Sus raíces andinas se reflejan en la sensibilidad que exudan sus cuentos y novelas, pero su prosa brilla por su belleza y musicalidad. Sus exploraciones sobre las pasiones humanas, en conjunción con el medio que rodea a sus personajes, se despliegan a través de argumentos sólidos.

Lluvia nos ofrece nueve relatos, donde siguen presentes el erotismo, la violencia y la presencia de la naturaleza. Esta última desde una visión mítica o conflictiva. Mientras que en sus anteriores libros de cuentos, Alma alga (2010) y El sendero de los rayos (2013), las historias presentan algunos declives. En esta entrega, Pacheco Medrano ha depurado su estilo. Las frases cortas, la impronta poética y una resolución más directa dan como resultado historias contundentes.

Estos cuentos nos muestran a personajes inmersos en relaciones pasionales —personales o sociales—, donde la naturaleza emerge como escenario en el que estos conflictos estallan. Por algo aparecen el “alga”, los “rayos” y ahora la “lluvia” en los títulos de sus libros. Pero, además, en el orden de los relatos encontramos una metáfora. Los cuatro primeros —“Todo es un juego”, “Reyes del bosque”, “Cola de mono” y “Mar de Alú”—, la violencia está contenida y aparece tenue, como el inicio de una lluvia. Luego, en “Ventanas rotas” y “Juego de manos” —los dos mejores relatos del libro—, la pasión se desborda y la violencia es incluso física. Mientras que en los relatos finales —“Al final de la lluvia”, “Las hogueras de Iruna” y “Volverá del mar y tendrá tus ojos”—, esta precipitación mengua y tiene una dimensión más mítica.

En sus novelas, Karina Pacheco incorpora la violencia política como una línea que se suma al conflicto de sus personajes. En sus relatos, en cambio, esta aparece de manera sugerida, como en “Ventanas rotas”. De esa forma explora la psicología de sus personajes e, incluso, en algunas historias el narrador los interpela desde la segunda persona.

La lectura de Lluvia nos muestra, sin dudas, lo mejor de la narrativa de esta autora cusqueña.

 

*Publicado en el diario Perú21 el viernes 30 de noviembre de 2018