Ernesto Carlín: “Escribo escuchando música, me sirve de inspiración”

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En Sicalípticos y reencauchados los personajes son alocados, viven al extremo en una ciudad en la que sienten que no encajan, pero a la que se asimilan. Esta publicación en formato electrónico acaba de ser presentada por el periodista y escritor Ernesto Carlín.

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Por Jaime Cabrera Junco

El periodista y escritor Ernesto Carlín presentó recientemente en la Feria Ricardo Palma, Sicalípticos y reencauchados (Editorial Caja Negra, 2013), un libro en formato electrónico que reúne dos novelas: Falso al amanecer (1999) y Un valsecito subterráneo (2000), esta hasta ahora inédita. “El formato electrónico me interesaba, además es algo nuevo y más práctico para aquellos que no se quieren llenar de libros”, comenta el autor sobre esta obra que puede comprarse en línea. Pero, vayamos al libro. Los personajes de las dos historias son unos jóvenes de vida desenfrenada que quieren adaptarse a la sociedad aunque no encajen bien.

 

¿Estas dos novelas, haciendo honor al título, las has reencauchado, es decir les hiciste algunas correcciones?
No, las ha mantenido tal cual. Releí estas novelas con detenimiento y aunque algunas cosas que creí que se pudieron hacer de otra forma los he mantenido igual porque eso significa respetar el espíritu de esa época.

En estas dos novelas, al igual que la novela Lima subte, hay un elemento unificador: la exploración por el mundo underground, sórdido la cual está muy marcado por la presencia de la música.
Sí, tiene este elemento común, de gente que les gusta la música y tienen experiencias no muy santas. Hay también personajes que se cruzan en estas tres novelas.

Falso al amanecer es la historia de un traficante de drogas, El maestro. Incluyes algunas frases de relatos de Borges («la unánime noche») y algún fragmento del vals El Plebeyo, todas estas utilizadas con humor negro.
Cuando escribí ese libro quería hacer una novela sobre barras de fútbol, aunque no me salía y como soltar la mano empecé a meterle chacota y fue juntándose un grupo de textos que tenía que ver con lo mismo. Hay algún cruce de Zavalita, menciono a Desayuno en Tiffany’s como una chicharronería.

¿Es la música en realidad el gatillo disparador para las historias?
Sí, yo escribo con música y muchas veces me sirve de inspiración para escribir algo, para mis temas. Siempre utilizo epígrafes de canciones, como una del grupo Narcosis y otro de Los embajadores criollos. No sé si es locura mía, pero siempre he creído que hay un diálogo entre el rock y el vals.

¿Cuáles son tus referentes literarios?
Hay varios…en esa época, en los 90, tenía en un altar a José Diez Canseco con Duque. Es un libro que habla sobre la juerga lineña con un estilo muy actual. Tengo un montón de referentes, no sé a quién le debo más. Quizás a Vargas Llosa a quien todos leemos.

¿Este mundo de lo subterráneo, de la música, de las drogas, es tu campo, tu territorio a explorar?
Noooo…es por momentos. Por ejemplo, Takashi…es la historia de un barrista del Sport Boys que es de origen japonés. Aunque está presente la música lo escribí en otro registro. Tengo libros que no he publicado como Ovnis en los andes, que es de ciencia ficción; o Carroña, novela negra; y Manual de yoga, es una historia de amor de dos periodistas. Trato de cambiar, es aburrido repetirse.

 

CINCO LIBROS RECOMENDADOS POR ERNESTO CARLÍN

1. Duque, de José Diez Canseco.

2. Lazarillo de Tormes.

3. La presa, de Kenzaburo Oé.

4. Conversación en La Catedral, de Mario Vargas Llosa.

5. El hablador, de Mario Vargas Llosa.

 



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