El “mamotreto” de Gabriel García Márquez

Cien años de soledad cumplió medio siglo de publicación, pero empezó a gestarse muchísimo antes, cuando García Márquez tenía 17 años de edad. En esta nota recordamos lo que decía el autor antes del lanzamiento de la novela grande del boom latinoamericano.

 

Por Miguel Ángel Hernández    

Se acaban de cumplir 50 años de la primera publicación de Cien años de soledad. En dos misivas escritas y enviadas por Gabriel García Márquez (1927-2014) a su gran amigo y compadre Plinio Apuleyo Mendoza, cuando aún no le llegaba la fama por su obra maestra (la novela más conocida del boom latinoamericano), se refiere a esta como su “mamotreto”. Aquí dos extractos de esas cartas publicadas en el libro de Apuleyo, Gabo: Cartas y recuerdos (2013).

27 de junio de 1966

Compadre:

Vivo de mis reservas hasta terminar la novela. En dos semanas estará terminado el impresionante mamotreto de 800 páginas, y un mes después se van copias para Sudamericana y cinco países de otras lenguas. Ha sido una locura. Escribo desde las nueve de la mañana hasta las cuatro de la tarde; almuerzo, duermo una hora, y corrijo los capítulos del principio, a veces hasta las dos y tres de la madrugada. Nunca  me he sentido mejor: todo me sale a torrentes. Así desde que regresé de Colombia. No he salido a ninguna parte: Mercedes aguanta como un hombre, pero dice que  si luego la novela no funciona me manda a la mierda.

Gabo.

 

22 de julio de 1967

Compadre:

(…)

Estoy tratando de responder con estos párrafos, y sin ninguna modestia, a tu pregunta de cómo armo mis mamotretos. En realidad, Cien años de soledad fue la primera novela que traté de escribir, a los 17 años, y con el título de La casa, y que abandoné al poco tiempo porque me quedaba demasiado grande. Desde entonces no dejé de pensar en ella, de tratar de verla mentalmente, de buscar la forma más eficaz de contarla, y puedo decirte que el primer párrafo no tiene una coma más ni una coma menos que el primer párrafo escrito hace veinte años. (…) Lo que me dices de “mi disciplina de hierro” es un cumplido inmerecido. (…).

Gabo.

 

A Cien años de soledad le han llovido elogios en sus cinco décadas y traducciones a más de 40 idiomas. El éxito alcanzado trascendió rápidamente las fronteras del mundo hispanohablante lo que levantó, en su momento, recelos y envidias entre algunos escritores de España. De la primera edición (Sudamericana) se publicaron unos 8000 ejemplares, agotados en dos semanas. Tres años después ya sumaba tres millones de copias. Hoy hay quienes los ofertan en internet por 2000 euros. Se calcula que desde la primera edición (impresa el 30 de mayo de 1967 y lanzada al público el 5 de junio de ese mismo año en Buenos Aires) hasta la fecha se han vendido más de 25 millones de ejemplares. Con Cien años de soledad aparecieron dos conceptos que fueron acogidos de inmediato por la crítica: «literatura del boom» (la escrita por autores latinoamericanos que deslumbraban al mundo) y «realismo mágico» (la novedosa mezcla de fantasía y realismo que daba forma a dicha literatura, pero sobre todo a la de García Márquez). Cuando el escritor colombiano cumplió 85 años de edad (en 2012) su novela dio el salto de la edición en papel (cuyos derechos son propiedad de Random House Mondadori), al formato digital (ebook) y está disponible en castellano en librerías digitales de América Latina, Europa y Estados Unidos.

A García Márquez, sin duda, toda su obra le sobrevivirá, pues ella, como la de otros grandes escritores, le ha hecho mucho bien a las humanidades. Sus novelas ricas en la utilización del lenguaje son una celebración del amor y la amistad. En su prosa, además de la musicalidad del habla colombiana y de la presencia de una naturaleza ubérrima, late el deslumbrante uso de las palabras. La única vez que él estuvo en Lima fue en setiembre de 1967 (año cero de una nueva era literaria), en el auditorio de la Universidad Nacional de Ingeniería para sostener, junto con Mario Vargas Llosa, “La novela en América Latina: Diálogo”, a pocos meses de haber publicado Cien años de soledad, novela considerada como el Quijote del siglo XX y con la que desarticuló las formas tradicionales del lenguaje, y bien puede decirse que es la creación literaria latinoamericana más traducida y, por ende, más universal de todos los tiempos; novela hipnotizadora cuya lectura nos reconcilia con nuestra lengua y en la que aparece ante nuestros ojos todo un mundo; novela de novelas de efecto apabullante que para García Márquez era simplemente su mamotreto de 800 páginas.