Alberto Fuguet: “Estoy en un periodo largo de vacaciones de cine”

 

Una conversación con Alberto Fuguet, escritor y cineasta en paro, uno de los invitados internacionales al Hay Festival Arequipa. Además, les contamos cómo fue su encuentro con Oswaldo Reynoso, a quien quería conocer.

 

Por Jaime Cabrera Junco, desde Arequipa

Alberto Fuguet (Santiago de Chile, 1964) tiene la lengua hiperactiva. Le preguntas por algo y empieza a despacharse y habla tan rápido que a veces no le entiendes. Está de visita en la ciudad de Arequipa, donde acaba de participar en un diálogo con Dante Trujillo, a quien ha ‘trolleado’, como se dice en el argot de redes sociales cuando alguien te retruca con ironía y sin diplomacia. Es que así es Fuguet, quien ha publicado más libros que filmado películas, algunas de estas memorables, como Velódromo, y algunas ambiciosas en temática y en tiempo, como Invierno, de cinco horas de duración y al que ha calificado como una novela fílmica dividida en tres partes. Esta película también se presenta en el Hay Festival Arequipa, evento al que ha venido este autor chileno, a quien abordamos por unos minutos en el hotel, en una conversación al paso y que aceptó dudando.

 

Eres escritor y cineasta, ¿sigues siendo cineasta antes que nada?
No, soy escritor antes que nada.

Antes decías que el cine era más importante
Sí, pero eso fue hace años (ríe).

¿Ya no lo es?
Es que ya lo hice. Es como decir lo más importante es ser padre y ya fui padre. Ya se fue.

¿Es decir, ahora la escritura es para ti fundamental?
Sí. Ahora, probablemente haga películas, pero ahora estoy en un periodo largo de vacaciones de cine. Pero no sé lo que voy a hacer, probablemente haga poco o no haga nada, pero no voy a hacer cosas de ficción.

¿Has tenido oportunidad de leer las críticas de tu último libro, «No ficción»?
Algunas, por suerte no tengo curiosidad. He aprendido a no googlearme. A veces por Twitter, la gente escribe «Reseña No ficción @­_cinepata» y uno dice «¿qué mierda es esto?» (@­_cinepata es la cuenta de Twitter de Fuguet).

Sobre este libro hay opiniones divididas, polarizadas. Y es que como escritor has generado adhesiones y rechazos
No tanto, creo que preocupantemente las críticas han sido más positivas, pero siempre hay que tener las negativas sino uno no haría rock, haría poesía.

Ser unánimemente aclamado no es muy divertido ¿no?
Depende, a nivel emocional es mejor ser aclamado, pero a nivel literario es mejor que las cosas sean mezcladas. Me parece que uno va aprendiendo con los años de la crítica.

Sobre tu próximo libro, «Sudor», ¿cómo lo estás planteando? ¿será más extenso?
Sí, será mucho más amplio. Son como una especie de libros hermanos. Uno es delirante, otro es el chico. Uno es el íntimo, el otro es el colectivo. Uno es sobre dos personas, el otro sobre una tropa de personas. Uno es el de tono menor, el otro es más gritón.

¿Cuál ha sido la última película que has visto y el último libro que has leído?
La última película que he visto fue en el avión y se llama Praia do futuro, que tiene a Wagner Moura como protagonista. Es una cinta brasilero-alemana, filmada en Fortaleza, donde voy a ir ahora a ‘tirar’ (presentar) el libro. ¿Y el último libro que he leído? Estoy leyendo en el avión una novela que curiosamente o no tanto no ha logrado salir de su región y a mí me llama mucho la atención aquellos libros que triunfan como fuego en un pastizal, pero que por el canon, por la gente que nos rodea aquí hoy (señala a los escritores invitados al Hay Festival que transitan por el hotel), que son los que manejan la literatura. En este caso me refiero a la novela El vampiro de la colonia Roma, que es una novela mexicana que salió en el 78 sobre un puto gay de Ciudad de México que no tiene como escrúpulos de contar su vida y yo lo veo que está como en el canon de la picaresca, donde también podrían estar autores que a mí me interesan como Gustavo Escanlar o Andrés Caicedo o quizás aquí en Perú, Oswaldo Reynoso.

¿A quién quieres conocer no?
Sí, me llama la atención por qué unos escritores triunfan afuera y no triunfan otros. Muchas veces triunfan fuera de su país gente que se lo merece  -Vargas Llosa que se lo merece en este caso-, pero hay escritores que no se lo merecen. Más que no se lo merecen es como gente más aburrida, como del gusto de los académicos, más como de literatura de mujeres, como que se peinan mejor, como que todavía existe eso. Como ocurre con todo, supongo que también conmigo, cuando alguien pasa los 75 años se vuelven fáciles de digerir y a la gente empieza a darle pena, pero está bien, así es la vida, pasa también en el cine y en la música.

 

ACTUALIZACIÓN:

ReynosoFuguetSelfie

Reynoso y Fuguet durante su encuentro en el Hay Festival. (Foto: Christian Ávalos)

 

Fuguet cumplió su cometido y conoció a Reynoso. El autor chileno asistió al diálogo que sostuvo el autor de Los inocentes con el también narrador arequipeño Orlando Mazeyra, quien hizo de enlace entre ambos. Reynoso le firmó sus libros a Fuguet y le dijo que le había encantado Tinta roja. «Es una novela muy peruana también», respondió Fuguet. Este aprovechó para decirle a Reynoso que reconsidere su negativa a publicar sus obras en las editoriales transnacionales. «Lo que dices no es tan así. Uno puede controlarlas un poquito. Yo creo que Los inocentes bien podría leerse en Chile o en cualquier otro país», le dijo el autor chileno.

Al final del encuentro se fueron a tomar unas copas y a conversar largo y tendido. «¿No es un freak? Es como un rockstar», le comentó Fuguet a su acompañante en la Alianza Francesa de Arequipa. Este le recuerda que Los inocentes fue publicado una vez con el título de Lima en rock. El chileno ríe y dice: «¿en serio?».